Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, la isla de Lanzarote es uno de esos lugares especiales de la Tierra que no deja a nadie indiferente. Su orografía volcánica ofrece paisajes lunares desolados, jalonados por salvajes acantilados y playas solitarias, viñedos y un conjunto de pequeños pueblos de casas blancas, habitados por gentes amables. Añade a eso las bellas aportaciones del polivalente artista local César Manrique y darás con el lugar perfecto para pasar una semana de vacaciones en cualquier momento del año.

 

1. Practica el Surf en la playa de Famara

La isla de Lanzarote ofrece la posibilidad de practicar el surf en uno de los entornos naturales más bellos de Europa. Uno de los mejores lugares para iniciarse en este deporte tan completo es la playa de Famara.

Situada al noroeste de la isla, encontrarás seis kilómetros de arena blanca donde los surfistas intentan cabalgar las olas sobre sus tablas. Cobijada bajo los riscos más altos de Lanzarote, las Peñas del Chache (670 m), esta playa toma su nombre del cercano pueblecito, Caleta de Famara. Esta villa de pescadores, que hasta hace bien poco seguía teniendo calles de arena, es perfecta para vivir el ambiente isleño de forma tranquila y relajada mientras te entregas al surf.

 

 

2. Visita bodegas y disfruta una cata de vinos en La Geria

La ruta vinícola de La Geria, al suroeste de la isla, es algo que no debes perderte, te guste o no el vino. Los viñedos salpican esta zona de tierras cubiertas por un manto de arena gris, formada por los residuos de las cenizas que se esparcieron tras las grandes erupciones volcánicas de la primera mitad del siglo XVIII.

Bajo ese manto existe una capa de tierra fértil que es perfecta para el cultivo de la vid. Los agricultores autóctonos excavan hoyos de unos metros de profundidad, plantan y rodean la vid con muros de piedra semicirculares que la protegen del viento.

Existen varias bodegas en las que puedes parar a tomarte un buen vino de la uva malvasía mientras disfrutas de este paisaje lunar.

 

 

3. Escápate a la isla de La Graciosa

A unos 25 minutos en ferry del puerto de Órzola, pueblo pesquero situado en la punta norte de Lanzarote, se encuentra la pequeña isla de La Graciosa.

La Graciosa es un oasis de tranquilidad y belleza natural. Los únicos vehículos a motor autorizados en la isla son los 4×4 de la Guardia Civil, algún tour y conservacionistas. Alquila una bicicleta y recorre sus caminos de tierra que discurren entre colinas rojizas para llegar a sus playas solitarias, destacando la de Las Conchas. El Atlántico bate allí con fuerza y las aguas son traicioneras, pero nada le arrebatará la belleza al paisaje que te rodea en ese lugar.

Aunque la mayoría de la gente suele ir a pasar el día, es mejor quedarse alguna noche para vivirla a fondo.

 

 

4. Descubre arquitectura y especies únicas en Jameos del Agua

El pintor, escultor, arquitecto y artista autóctono César Manrique está muy presente en toda la isla pero Jameos del Agua es, quizá, su máxima expresión.

Esta curiosa mezcla de casa, cueva volcánica, museo y obra de arte está situada a unos 40 km de Puerto del Carmen. El artista luchó toda su vida por mantener un equilibrio entre arte y medio ambiente y lo puedes sentir en su obra desde el momento en que atraviesas el umbral de la casa. Dentro de Jameos existe además una laguna natural donde habitan los cangrejos ciegos. Estos seres minúsculos y albinos asombran a científicos de todo el mundo. Sólo se han encontrado en las profundidades de fosas abisales marinas y aquí. Sin duda, un lugar único.

 

 

5. Tómate un mojito en Lagomar, la antigua casa de Omar Shariff

Sólo por el hecho de alardear de haberte tomado una copa, o cenado, en la que fue casa del actor Omar Shariff ya valdría la pena visitar Lagomar. Pero no es sólo eso. El lugar es una colina excavada por dentro. Te sentirás como en un laberinto pétreo donde existen decenas de rincones desde los que puedes sentarte a escuchar la música chill out en las frescas noches o subir a lo más alto para disfrutar de las vistas de la isla durante el día. Escaleras, cuevas, grutas, estanques, plantas y roca. Te sentirás inmerso en un cuento.

 

 

6. Sigue el Iron Man de Lanzarote, el más duro del mundo

El Iron Man es la prueba atlética más dura del mundo y, según dicen los entendidos, el de Lanzarote es su máximo exponente. Más de 2.000 superatletas se dan cita cada mes de mayo para dejarse hasta la última gota de sudor y esfuerzo en las aguas y carreteras de la isla mientras nadan 4,8 km, pedalean durante 180 km y corren una maratón. Son muchos los espectadores que abarrotan las calles de Puerto del Carmen estos días y el ambiente en la isla invita a la fiesta.

 

 

7. Visita el Parque Nacional de Timanfaya

Fuego, ceniza y roca han dado forma al único Parque Nacional totalmente geológico de España. Tonos marrones, ocres, naranjas, rojizos, grises y negros cubren un suelo rocoso carente de vida vegetal. Merece la pena tomar el autobús que recorre el parque para llegar a entender cómo se ha formado esta extravagancia de la naturaleza. Si, además, siempre has tenido curiosidad por dar un paseo subido a lomos de un camello, podrás hacerlo cerca de la entrada.

 

 

8. Alquila un coche y recorre sus playas

La forma ideal de explorar Lanzarote es en coche. El transporte público es prácticamente inexistente y hace imposible llegar a conocer los múltiples rincones interesantes de la isla.

Sus bonitas playas están muy alejadas unas de otras y el vehículo se convierte en necesario. Conduce hasta las arenas blancas y aguas cristalinas de Papagayo o la surfera Famara; camina a solas sobre la arena negra de la pequeña cala El Pozo; báñate en las tranquilas aguas de Los Caletones, en Órzola; o siéntete libre entre piscinas naturales en la cala nudista de Charco del Palo.

 

 

9. Visita El Golfo

En muy pocos lugares podrás tener el privilegio de ver un cráter a nivel del mar. El Golfo se formó debido a las erupciones de 1730. El cráter se ha inundado de agua marina y ésta tiene un color verdoso, producido por las algas que se encuentran en su superficie.

La combinación de colores atrae la atención de todos aquellos que se asoman al mirador. El verde fulgurante de la laguna contrasta con el azul intenso del océano, el negro de la franja de arena y el rojizo de las formaciones rocosas que enmarcan la imagen. Se puede descender a la laguna por una empinada cuesta.

 

 

10. Disfruta su comida

Después de tantas actividades seguro que te va a entrar algo de hambre. La gastronomía de Lanzarote es variada, con pescados, frutas, verduras y carnes (principalmente de cerdo) de gran calidad. Se puede comer muy bien y barato. Prueba sus fantásticos quesos, las famosas papas arrugadas acompañadas de su mojo, el sancocho de pescado o el gofio canario, una gran fuente de energía heredada como legado de los aborígenes y basada en harina de grano tostado.

 

 

Fuente de skyscanner