10 cosas que ver en Bali, la isla de los dioses

Que ver en Bali, la isla de los dioses en 10 pasos
Entre arrozales y santuarios, Bali, la joya de Indonesia, es una isla de dos caras. Por una parte, rodeada de océano, Bali seduce a los viajeros con sus atractivas costas, centenarios cocoteros y su excelente clima. Pero por otro lado, esta isla es un enorme jardín cultivado de campos de arroz, cuyos habitantes miran hacia el interior. Y en donde el hinduismo impregna todo de color.
Nos adentramos en la isla más mística y espiritual de Indonesia de la mano de los fotoperiodistas de Bisual Studio. Situada entre la poblada Java y la diminuta Lombok, Bali es una de las diecisiete mil islas que conforman Indonesia.

1. En busca de la ola perfecta, Kuta
Iniciamos el viaje en el sur de la isla. A orillas del océano Índico. El sur de Bali, además de dioses, acoge magníficas playas blancas bordeadas de palmeras y repletas de olas rompiendo sobre preciosos arrecifes de coral. Como la de Dreamland, que parece sacada de una postal, la Blue Ocean Beach, repleta de chiringuitos, o la de Kuta, siempre concurrida por surfistas. Y es que, desde que los surfistas americanos y australianos comenzaran a recorrer la isla allá por los años 70, este rincón paradisíaco se ha convertido en un santuario internacional para este deporte.

 

2. Hacia el interior, Ubud
Si hay un lugar mágico en Bali es Ubud, la capital cultural de la isla. Para poder descubrir este enclave hay que emprender ruta hacia el interior. Comenzar a dejarse cautivar por los campos de arroz, por el paisaje verde cegador de sus montañas tenues y por esa perspectiva de una llanura, sólo interrumpida por el perfil del volcán Batur. Esta ciudad tradicional y ornamentada está volcada únicamente en alimentar su alma, es decir, a la religión y la cultura. Merece la pena recorrer sus callejuelas, entrar en sus librerías, tiendas de artesanías, galerías, anticuarios y museos.

 

3. El bosque sagrado, Monkey Forest
Demonios de ojos saltones, macacos agresivos. Como si de una película de Indiana Jones se tratara, nos adentramos en el bosque sagrado de los monos (Monkey Forest). A las afueras de Ubud, esta reserva natural de 27 hectáreas, está inundada de templos y un cementerio que son vigilados por estos animales sagrados. Hoy en día, este peculiar bosque recibe alrededor de 10.000 visitantes al mes, ya que se trata de una experiencia única observar el entorno protegido de los monos, sus costumbres además de disfrutar y admirar la magia de la naturaleza.
Monos en el Monkey Forest

 

4. Tapices esmeraldas, los campos de arroz
Como en un juego de espejos, los arrozales reflejan las verdes laderas del interior de la isla. El arroz es la base de la alimentación de los balineses y los campos de cultivo tapizan toda la superficie escalonados en terrazas que se extienden hasta el infinito. Desniveles de color esmeralda que cuando cae el sol desprenden una fragancia húmeda que se adhiere a la piel. Es difícil no asistir al arduo trabajo de los campesinos a lo largo del día bajo sus cónicos sombreros de paja. Todo ello, mientras veneran a Dewi Sri, la diosa del arroz y la fertilidad.

 

5. Bailando en la oscuridad, danzas balinesas
No se puede entender Bali sin la música ni la danza, sin el arte ni sin sus dioses. Acompañando una obra de teatro o incluso alguna ceremonia, la melodía envolvente del gamelán (una orquesta tradicional balinesa) y las danzas coreografiadas de niños y adultos bailando al compás de xilófonos, flautas y gongs suponen un auténtico espectáculo.

 

6. La isla sagrada
Con más de diez mil templos Bali es una isla volcada a la religión. Se dice que hay más templos que habitantes en la isla. Y puede que sea verdad. Cada casa tiene su pequeño templo donde habita el alma de un dios. Ofrendas, ritos, dioses, ceremonias, etc. El hinduismo impregna cada uno de los rincones de la isla y en su honor, cientos de templos se erigen en los enclaves más espectaculares de la isla. A orillas del mar como el templo de Tanah Lot, en un acantilado como Uluwatu, en medio de un lago como Ulun Danu o en la falda de un volcán.

Es habitual vivir en la isla alguna ceremonia tradicional. Vestidos con sus ropas de gala, los isleños acuden a algún templo para llenarlo de música y, por supuesto, para honrar a sus dioses. Por eso, es normal ver a las mujeres por las carreteras con jarrones inmensos de frutas en las cabeza o a los hombres con cestos de arroz recién hervido.

 

7. El palacio de agua, Tirta Gangga
En Tirta Gannga cuyo significado literal es “Agua del Ganges” se encuentra un lugar de gran devoción para los balineses. El Palacio de Agua. Un laberinto de piscinas y fuentes rodeadas de exuberantes jardines y esculturas de piedra. Construido en 1946 por el difunto Rey del Karangsem fue destruido casi en su totalidad por la erupción del cercano Monte Agung en 1963. Pero ha sido reconstruido y restaurado cuidadosamente manteniendo su aire de magnificencia intacto.

 

8. La diosa del Lago Bratan
Formado en el cráter del antiguo volcán Monte Catur, circundado de frondosas montañas y una perenne neblina, el lago Bratan es el segundo lago más grande de la isla. Aquí se encuentra el templo Pura Ulun Danu Bratan. Rodeado de conos volcánicos y láminas de agua, el templo está dedicado a la diosa que habita el lago y es uno de los más cautivadores de la isla. Además, es un lugar de peregrinación para los campesinos, que acuden a él para pedir agua para sus cultivos y buen clima para sus tierras.

 

9. La tradición milenaria, la pesca
Una de las principales actividades de la isla es la pesca. En parte, debido al gran consumo y calidad de sus peces. A veces, es cosa de niños. En los pueblecitos, los más pequeños preparan con parsimonia los anzuelos y sus cebos. Un ritual que se repite también entre los adultos, que cada mañana parten desde el puerto de Padang Bai con sus traineras coloridas y con forma de pescado, en busca de alimento.

 

10. La ciudad olvidada, mercados de Denpasar
Casi nadie visita la ciudad de Denpasar, tan sólo para llegar y salir de la isla. Pero merece la pena hacer una incursión en sus mercados. Desde puestos de fruta y verdura hasta artesanía a buen precio, el Pasar Badung es un mercado considerado el símbolo de la economía local siempre abarrotado de vendedores de toda la isla que acuden en tropel a vender todo tipo de productos, fragancias, especies y telas. Otra parada importante es el mercado de los pájaros. Repleto de jaulas, aves y animales que captarán la curiosidad del viajero.

 

 

 

 

 

Fuente: Skyscanner

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